Bajo tu Presencia, Nazareno

Mi Nazareno bueno. ¿Viste lo que te quiere tu gente? Tus vecinos, tu ciudad, tus devotos, tus cofrades... y hasta los que vinieron a verte desde muy lejos. Si tenías alguna duda, que no lo creo, seguro que ya se te disiparon. Es increíble cómo se mueve Cádiz por Ti. No importa si ya saliste a la calle en marzo, en abril y hasta hace una semana. Da igual. Mil días seguidos que vas al encuentro de tu Pueblo, mil días que éste se echa a la calle para ponerse bajo tu Presencia.

Bajo tu Presencia. Como decía aquella preciosa canción que te cantó con tanto arte Carmen Olmedo. Sonaron las horquillas, se escucharon piropos, se atisbaron las súplicas, te cantaron, te recitaron, te bailaron y sobre todo te rezaron. Hasta se rindió ante Ti toda la Iglesia gaditana en su primer Templo. ¿Más pruebas te hacen falta para saber cuánto te quiere Cádiz?

Señor mío, ahí tienes a tu pueblo, a tus vecinos. Todos ellos muy por encima de los que supuestamente les representan. Y es que de esos 27 gaditanos que elegimos un día solo un par de ellos ejerció en algún momento de Hermano Nato de la Cofradía. No importa. Los gaditanos no necesitan representantes para postrarse ante Ti o ante tu Madre la Virgen del Rosario. Cádiz se basta ella solita para demostrar lo que siente y lo que quiere.

¿Y tus devotos? ¿Qué se puede decir de ese centenar de admirables personas que te acompañaron dos días seguidos llevando su cirio y aguantando por Ti horas de pie, con bastón y hasta en silla de ruedas? Para colmo, sufrieron la mala educación de individuos que se creen con derecho a meterse en medio de un cortejo y poner en peligro a mayores y pequeños solo por su egoísmo y por afán de notoriedad. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Ya vuelves a estar en Santa María. Llegaste el domingo después de treinta horas fuera de Casa. Treinta horas en las que, sin embargo, no te faltaron casas cuyas puertas se te abrieron de par en par. San Juan de Dios, San Francisco, San Antonio, San Pablo, la Catedral... Hasta Tu Madre salió a la puerta para ofrecerte su Casa Dominica llevando consigo las mejores voces pregoneras y carmelitanas para convencerte. 

Pero como en la casa de uno no se está en ninguna parte y la tuya está en Santa María. El barrio del tanguillo y la saeta, de la rumba y la alegría. El barrio de las devociones y de las Cofradías. El barrio que se vistió de fiesta gracias al trabajo y la ilusión de tus jóvenes cofrades. Barrio de los que salieron las mejores voces de Cádiz y hasta de fuera. Porque hubo a quien no le importó venir desde el otro lado de la Bahía para cantarte como rezaba Pedro Romero y hasta se fue dándote la gracias por haberle dado esa oportunidad. ¿Qué tienes, Nazareno, que a nadie dejas indiferente?

Tampoco te faltó la música de los devotos de esa preciosa Imagen que también es Regidor Perpetuo en San Fernando. Esa música que sonó como los cantos angelicales porque la ilusión y la fe son los mejores instrumentos que puede llevar una banda. Sois también un poquito de nosotros. 

Con palmas, con alegría, con rezos y con flores... con la apoteosis llegaste a tu Casa. Sigues sin las Monjitas pero al menos las viste en su morada provisional y sabes que están bien. Que te echan mucho de menos, claro, pero que saben que algún día volverán a tu lado. Porque el tiempo y la Divina Providencia ponen a cada uno en su sitio y el tuyo está en la Capilla de tu Cofradía, con tus fieles, con tus misas de viernes, con tu Madre de los Dolores, con tus Quinarios, con tus Jueves Santo, con tu Santa a los pies, con tus saetas, con tus flores, con tus velas, con tus rosarios, con tus oraciones y con el silencio de la fe. Y Cádiz seguirá yendo a verte y a rezarte como lleva haciendo desde hace 400 años. En el mismo sitio y siempre bajo tu Presencia.

 

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