La Humildad de Jesús Nazareno

Comenzó un nuevo año y Santa María ya terminó de celebrar el nacimiento de Jesús. El Nazareno va creciendo, es bautizado por Juan y un día decide tomar los caminos de Israel y contar a su pueblo el mensaje que Dios le ha dado. En ese momento, Jesús era un galileo más, un súbdito cualquiera del Emperador de Roma. Por eso vestía como su Madre María y su Padre José, a la usanza popular de la época, con toda la modestia que correspondía a quien era hijo de un humilde Carpintero.

Hasta que presidan con toda majestad el Solemne Quinario, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores ya visten los clásicos ropajes hebreos como recuerdo de esos primeros años de la vida de Cristo y como testimonio de sencillez, humildad y pobreza. Esa que atenaza a cientos de familias gaditanas obligadas a vivir de la caridad ajena porque, por no tener, no tienen derecho al trabajo, a una vivienda digna o a satisfacer las necesidades más básicas de sus propios hijos. La sencillez de Cristo es la de una sociedad que sufre de la soledad y la impotencia que provoca la injusticia económica y social. Entonces eran los conquistadores romanos, hoy son otros los que han conquistado nuestra sociedad y nuestros derechos.

Como puedes ver en las fotos que encontrarán al final de esta noticia, Jesús Nazareno, Su Madre la Santísima Virgen de los Dolores, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista ya están vestidos con humildes atuendos para recordarnos que la fe en Cristo es el compromiso con el pobre, con el necesitado, con el humilde. Solo a partir de ese compromiso podremos vivir más cerca de Cristo y solo así sentiremos con verdadero gozo su Resurrección, que también será la nuestra.