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María Santísima de los Dolores, ruega por nosotros

 

triduodolores 15septiembre

Hoy, 15 de septiembre, celebramos la Festividad de Nuestra Señora de los Dolores. Esta fiesta fue establecida por la Iglesia para conmemorar los Siete Dolores considerados como los más profundos en la vida y en el corazón de la Virgen María. Por eso se ha solido representar con un corazón traspasado por siete puñales, uno por cada dolor. Esto mismo se conmemoraba el conocido como "Viernes de Dolores", último viernes de Cuaresma, hasta que el Concilio Vaticano II suprimió las fiestas duplicadas. 

La Festividad de Nuestra Señora de los Dolores es una conmemoración vinculada en sus orígenes a la Orden de los Siervos de María (siglo XVI). A petición del rey Felipe V, la fiesta fue extendida a toda España en 1735. El 18 de septiembre de 1814, Pío VIII la ampliaba a toda la Iglesia y con la reforma de San Pío X quedó fijada el 15 de septiembre.

En esta fiesta tan señalada para los cristianos tiene especial sentido el rezo del Rosario de los Siete Dolores, que te adjuntamos para tu conocimiento y oración. También te recordamos que María Santísima de los Dolores está expuesta para su veneración.


EL ROSARIO DE LOS SIETE DOLORES

Se reza un Padrenuestro y siete Ave Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un verdadero arrepentimiento. Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.

Acto de contricción:
Señor mío, Jesucristo, me arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente suplico tu perdón y por medio de tu gracia, concédeme ser verdaderamente merecedor de tu amor, por los méritos de tu Pasión y tu muerte y por los dolores de tu Madre Santísima. Amén.

1. La profecía de Simeón (Lc 2, 25-35)

Madre tierna, que con tus quince años, cuando feliz ibas a presentar a tu Niño de cuarenta días al Templo de Jerusalén, padeciste un dolor intenso al oír, de los labios del Santo Profeta Simeón, que una "espada de dolor iba a atravesar tu Corazón", haz que te ame cada día más y que cuando me toque presentarme ante el Trono divino para dar cuenta de mi vida, oiga a Jesucristo, Juez universal, decirme tiernamente: "He oído a mi Madre hablar de ti". Ave María.

2. La persecución de Herodes y la huida a Egipto (Mt 2, 13-15)

Madre fuerte, por los dolores que padeciste al tener que huir a Egipto con Jesús Niño y José, haz que tenga un corazón atento para huir de todas las ocasiones de pecado y que la Sagrada Familia sea, en mi hogar, el ejemplo a seguir. Ave María.

3. Jesús perdido en el templo, por tres días (Lc 2, 41-50)

Madre de la esperanza, que junto a José sufriste muchísimo cuando perdieron por tres días a Jesús, de doce años, en el Templo de Jerusalén, llévame siempre de tu mano, como a un niño, para que no me pierda. Y si alguna vez, por mis errores, me alejo de ustedes, no descanse hasta encontrarlos nuevamente y poder hacer una buena y sincera Confesión, fuente de Gracia y de Divina Misericordia. Ave María.

4. Su encuentro con Jesús, cargado con la Cruz (Viacrucis, cuarta estación)

Madre de consuelo, que experimentaste un dolor tan fuerte al encontrar a tu querido Hijo con la Cruz a cuestas en la calle de la amargura, ayúdame a cambiar mi corazón para no aumentar más el peso de su Cruz con nuevas ofensas y pecados, causa de su muerte y de su tristeza. Que pueda ser para Jesús otro Cireneo. Ave María.

5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn 19, 17-30)

Madre dolorosa, por el sufrimiento inmenso que llenó todo tu ser cuando contemplabas a tu Hijo clavado en la Cruz, enséñame a aceptar, con paciencia, todas las cruces que estoy viviendo y las que me toquen vivir en el futuro, ofreciéndoselas con mucho amor por la conversión de los pecadores. Ave María.

6. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc 15, 42-46)

Madre del perdón, por esas lágrimas tuyas que se mezclaron con la Sangre de tu Hijo cuando lo recibiste muerto en tus brazos maternales, sé mi fortaleza para que pueda sostener con mi entrega a todos los que necesitan de mí, dándoles mi tiempo, mi cariño y todo mi amor. Ave María.

7. La sepultura de Jesús (Jn 19, 38-42)

Madre de amor eterno, por la soledad en que quedaste al dejar el cuerpo de tu Divino Hijo en el sepulcro, haz que siempre los tenga a Jesús y a ti por compañía, que no me olvide de que estamos de paso en este mundo y que comprenda que solo muriendo a mí mismo es que resucitaré a la Vida Eterna. Ave María. 

Casa Hermandad

Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena

Capilla de Jesús Nazareno
C/ Santa María s/n
11.005  Cádiz (CÁDIZ)

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