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¡Feliz Semana Santa 2011!

Hoy, Domingo de Ramos, comienzo de la Semana Santa, queremos desearos a todos que disfrutéis de los cortejos penitenciales en la calle pero sin olvidar que esos pasos tan hermosos y esas Imágenes tan magníficamente talladas que veréis en los próximos días no son carrozas surgidas de la capacidad artística de un artesano. Representan la Pasión y Muerte de Cristo y nada es inventado sino el testimonio del martirio que sufrió un hombre en Jerusalén hace unos dos milenos. Un hombre que padeció toda clase de vejaciones y dio su vida para salvar las nuestras y para hacer que nuestra existencia en este mundo fuera más digna y espiritual. 

En este sentido apunta el contenido de la tradicional carta pastoral redactada por nuestro Obispo D. Antonio Ceballos con ocasión del comienzo de la Semana Santa.
CARTA PASTORAL

SEMANA SANTA 2011



Mis queridos diocesanos:

Hace unos días que hemos tenido la suerte de tener entre nosotros la Cruz de los jóvenes y el Icono de María. Esta Cruz peregrina ha visitado casi todos los pueblos de nuestra Diócesis, y me consta que ha interpelado a muchos niños, adolescentes, jóvenes y mayores. ¡Demos gracias a Dios!

Ahora se acercan los días de la Semana Santa. Como todos los años nos disponemos a conmemorar y celebrar en esta Semana Santa de 2011 el misterio de la Pascua del Señor, de su paso de la muerte a la vida, de aquello que constituye el núcleo central de nuestra vida de fe y el fundamento de nuestra esperanza cristiana.

La piedad popular -como el modo peculiar que tiene el pueblo de vivir y expresar su relación con Dios- es una vivencia que no se enmarca sólo en un ámbito privado e íntimo, sino que comporta también una dimensión comunitaria y de participación eclesial. Todo el pueblo participa de un modo o de otro en estas manifestaciones de religiosidad popular durante los días de la Semana Santa.

Las salidas procesionales gaditanas y ceutíes de la Semana Santa tienen su misión de ser y es necesario encontrarle su verdadero sentido: son un válido caudal participativo popular.

Mucho camino tuvo que recorrer la fe cristiana hasta atreverse a representar a Jesús colgado en la cruz. Uno de los pensadores cristianos más grandes de todos los tiempos, Orígenes, escribía en el siglo III: La muerte en Cruz, suprema infamia. Aparte de la crueldad del suplicio de la crucifixión, a esta forma de muerte en cruz sólo se condenaba a esclavos, sediciosos y bandidos. En el momento actual asistimos a un posible vaciamiento del mensaje de la Cruz, y este posible vaciamiento es una de las señales más patentes de secularización de nuestra sociedad, por más que se la quiera tapar con el nombre de cultura.

El sentido, la belleza y la expresividad máxima de las procesiones de Semana Santa aparece cuando se integran plenamente en el ritmo litúrgico de esos días santos, como la procesión litúrgica del Domingo de Ramos.

El Jueves Santo, tras la reserva solemne, los oficios pueden verse prolongados con esas procesiones que interpretadas desde la proclamación de la Palabra de Dios y la predicación, ofrecen a la vista los misterios de la cena, la oración del huerto o el prendimiento, y conducen al pueblo a visitar los monumentos, velando al menos una hora esa noche.

El Viernes Santo por la mañana, qué riqueza de los pasos del Vía Crucis, enriquecidos por la predicación para llevar al pueblo hasta la Muerte Redentora, celebrada en los oficios. Luego los recorridos del Santo Entierro y el acompañamiento a la Soledad de María con esa fuerza para dar a conocer el amor hasta la muerte del Redentor y empujar, hasta al más endurecido, al dolor de los pecados. 

Tras la Vigilia Pascual, las procesiones del Resucitado y el encuentro con su Santísima Madre, cuánto podrían ayudar a descubrir, en Cristo Resucitado, el centro y sentido de toda búsqueda humana del bien, la virtud y la felicidad.

Por ello, desde las salidas procesionales y las estaciones de penitencia, a la par testimoniáis la fe de los misterios que exteriorizáis con devoción y dignidad cristiana, ofrecéis admirables catequesis plásticas en vuestros recorridos por calles y plazas gaditanas y ceutíes. A todos recuerdan el misterio de nuestra salvación, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús y las verdades de nuestra fe, expresiones cargadas de piedad y religiosidad con la belleza recogida en nuestros pasos, con ese potencial y carga de verdadero humanismo cristiano que supone haberlo construido, conservado y enriquecido.

Las Hermandades y Cofradías de Semana Santa, tan numerosas y entusiastas en toda la Diócesis de Cádiz y Ceuta, sois las que recogéis, sobre todo, este torrente de piedad y religiosidad.

Os invito, con todo cariño e interés, a que viváis en profundidad esta Semana Santa del 2011. Contad conmigo, pues me siento hermano de todos.

Os deseo una feliz Semana Santa 2011.

+ Antonio Ceballos Atienza

Obispo de Cádiz y Ceuta
 

Cádiz, 13 de abril de 2011.

Casa Hermandad

Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena

Capilla de Jesús Nazareno
C/ Santa María s/n
11.005  Cádiz (CÁDIZ)

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