Santa María se entregó a la Virgen del Rosario

Cádiz es ciudad mariana. Se nota en cada gaditano, en cada casa, en cada esquina y en cada Iglesia que abre sus puertas. Rosario, Carmen, Pilar, Palma, Remedios, Loreto, Divina Pastora, María Auxiliadora... son muchos los Templos de nuestra ciudad que están consagrados desde hace siglos a la Madre de Dios. Y para más demostración, la obra conventual más antigua de la ciudad: Santa María. Allí, junto al Regidor Perpetuo, vuelve a estar Ella. María, siempre María. 

El alma mariana de Cádiz tiene su epicentro en otro Convento, el de los Rvdos. Padres Dominicos, que con tanto amor cuidan de su mayor patrimonio, la Santísima Virgen del Rosario. Patrona de Cádiz desde hace 150 años y Alcaldesa Perpetua desde hace medio siglo. Ella, la Virgen del Rosario, reúne bajo su manto toda la fe de la más antigua de las ciudades en esta parte del Mundo.

Cádiz no escatima esfuerzos cuando se trata de honrar a su Madre. Por esta razón, muchos Templos de nuestra ciudad han atendido la llamada de la Iglesia gaditana abriendo sus puertas para exponer a sus respectivos Iconos marianos, engalanados para recordar que estamos de fiesta por nuestra Patrona. Y qué mejor manera de hacerlo que humillarnos ante María y besar sus divinas manos.

Nuestra Cofradía no ha sido una excepción y se ha volcado con este Besamanos Magno presentando a María Santísima de los Dolores a la veneración popular en un emplazamiento muy especial: justo bajo la majestuosa cúpula de la Capilla de la Cofradía, bajo la amorosa presencia de Jesús Nazareno. El equipo de Mayordomía realizó para la ocasión un altar efímero en el que destacaron la decoración del altar con cortinas y banderolas dominicas así como el exquisito exorno floral y una pequeña Imagen del Niño Jesús entronizado vestido con el hábito dominico, como se puede apreciar en las fotografías que se acompañan a estas líneas.

María Santísima de los Dolores vestía sus mejores galas: la saya burdeos, el decimonónico manto de salida, el corazón de oro traspasado y el bellísimo rosario, estos últimos donados por dos queridos hermanos de la Cofradía.

Miles de personas han pasado estos dos días de devoción mariana por Santa María y se han llevado en sus rutinas la arrebatadora belleza de la Imagen que cada viernes acapara las oraciones de los fieles de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El esfuerzo de estos días de montaje y exorno ha merecido la pena. Porque Cádiz se ha rendido a la Virgen de los Dolores, como lo hará siempre a su Patrona. En definitiva, María, la Madre de Dios.