Un traslado multitudinario precede al Quinario

En total oscuridad y con un silencio solo roto por el canto de las saetas, la parihuela en la que los hermanos cargadores portaban a Nuestro Padre Jesús Nazareno avanzaba con solemnidad al encuentro del altar mayor. Detrás, como si se tratara de un pequeño adelanto de lo que ocurrirá el Jueves Santo, María Santísima de los Dolores, también portada por sus cargadores, iba al encuentro de su Hijo.
Una vez en el crucero del templo ambas parihuelas fueron suavemente depositadas a ambos lados del altar. Inmediatamente, sus devotos de Jesús formaron una fila hacia la trasera de la parihuela para besar el Talón de Nuestro Titular.
A continuación te ofrecemos unas imágenes del Traslado cedidas por N.H. María José Hernández."


