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¡… y Resucitó! (crónica de la estación de penitencia)




Jueves Santo. Aunque a veces no sea literal, es el jueves que reluce más que el sol. Siempre será un día especial para el orbe cristiano pero para los hermanos de esta Cofradía es sin duda el más importante del año porque es cuando hacemos pública manifestación de nuestra fe en Cristo y practicamos uno de los sacramentos más hermosos y relevantes de los que reconoce la Iglesia, el de la Penitencia.

Dentro de lo extraordinario que es el día, este no era un Jueves Santo normal. Tres años habían pasado desde que pudiéramos practicar nuestra última expresión de penitencia pública por las calles de Cádiz llevando con nosotros a Nuestro Padre Jesús Nazareno y a María Santísima de los Dolores. Fue el pasado 1 de abril de 2010 cuando, siendo Jueves Santo, se abrió por última vez la gran Puerta de la Capilla, esa que nuestros antiguos denominaban con el hermoso nombre de Puerta de Jesús. La Procesión Magna del año pasado fue un consuelo pero todavía faltaba algo para quitarnos el mal sabor de boca que nos dejaron dos Jueves Santos sin entrar en la Catedral. 

Por eso, los sentimientos estaban a flor de piel y nuestros corazones latían con más fuerza de lo habitual. También lo hacía ese Corazón que llevaba Jesús, ofrenda de una devota a Él y a la Santísima Virgen. Dicen que está hecho de oro de 24 kilates aunque, después de estudiar su composición, se ha comprobado que en realidad está formado de otros materiales aún más nobles:altas dosis de amor con ribetes de una fe sin límites.

Al fin lo conseguimos. Los pronósticos del tiempo eran nítidos como la luz del día. Nada impediría que Jesús Nazareno y Su Madre de los Dolores se encontraran con sus devotos, esos que cada viernes acuden a Ellos buscando su consuelo. Al fin, nuestro hermano Fernando Lepiani Sánchez cumpliría con la ilusión de mandar la primera “levantá” del paso del Señor, un honor que, allá por el año 2011, le había concedido la Junta de Gobierno en reconocimiento a sus más de 60 años de servicios a la Hermandad y que hasta el pasado Jueves Santo no había podido ver concretado. 

En torno a las 9 de la noche, el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno se ponía en marcha bajo las órdenes de José Luis Peñalver y el primero de los angelotes de Vassallo superaba el dintel de la Puerta de Jesús. Una ovación atronaría en cada rincón del barrio de Santa María, en cada callejuela del viejo arrabal. Por fin el Greñúo volvería a bajar por Jabonería.   

Momentos para no ser olvidados y también para no olvidar. Cómo olvidar a Juan Carlos, ese joven hermano cargador que hace apenas un mes nos dejó para entrar en la cuadrilla de ángeles que lleva a Jesús por todos los rincones del cielo. Cómo olvidar a Pedro, ese poeta gaditano que tantas cosas bonitas le cantó al Nazareno desde un escenario y desde una casapuerta. Cómo olvidar a Julio, que sólo se ha tomado un pequeño descanso y muy pronto volverá a ocupar su lugar en la procesión. Ese lugar que nadie más que él se merece.

Nueve y media de la noche. Suena un martillo mientras que el que lo da ni se lo cree. Sí, por fin nuestro hermano Antonio Ramírez va a ver cumplido su sueño de dirigir como Capataz el paso de María Santísima de los Dolores, después de tres años de paciente y, a veces, difícil espera. Golpea el martillo, cruje el paso y suenan las bambalinas. Algunas de ellas, si Dios quiere, saldrán a la calle por última vez. Los acordes de la Marcha Real despiertan otra ovación a la Reina de Santa María, a la Madre de los nazarenos. 

Mientras tanto, las admirables devotas y devotos que hacen su penitencia detrás de Jesús se incorporan al cortejo desde la calle Viento y las que acompañan a la Santísima Virgen lo hacen desde la propia Capilla. Ya está toda la Cofradía en la calle. Los vecinos de San Juan de Dios, Pelota, Pío XII, Compañía, Santiago, Candelaria…verán pasar al Nazareno y la Virgen de los Dolores. Y Montañés, con esas sencillas y venerables vecinas que no dejan pasar un día sin acordarse de su Nazareno. Ya queda menos para volver a escuchar sus oraciones cantadas dentro de los muros del Convento. 

Ancha, San José y vuelta a casa, al barrio. San Pedro, Beato Diego, San Francisco, Nueva, otra vez San Juan de Dios y… Sopranis. Ya nada es lo mismo. Saetas, aplausos, piropos, ruegos en voz alta... Aunque no cabe nadie más, se presenta un invitado tan inesperado como indeseado. Fue el protagonista de los dos últimos Jueves Santos pero esta vez no va a conseguir estropear una noche mágica. Botica se hizo corta y en la antigua Cárcel nos quedamos con las ganas de recordar viejos tiempos pero ahí está Santa María. Otra vez a casa, que mañana es viernes y hay que recibir a los fieles.

La historia continuará el 17 de abril de 2014. Jueves Santo.



FOTOGALERÍA: Jueves Santo 2013 (Salida procesional)

Casa Hermandad

Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena

Capilla de Jesús Nazareno
C/ Santa María s/n
11.005  Cádiz (CÁDIZ)

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