Cádiz se reunió para despedir al P. Marcelino

Han pasado varios días desde que nos dejara el Padre Marcelino y su marcha ha dejado un vacío muy grande en el corazón de los hermanos de la Cofradía pero también de muchos gaditanos que le tenían como un referente de servicio a Cristo, de humildad y de honradez. No es de extrañar pues que el pasado domingo la Iglesia Parroquial de Santa Cruz estuviera repleta, incluso con fieles que tuvieron que permanecer en pie, para dar el último adiós a nuestro querido Marcelino. Allí estaban también muchos hermanos de la Cofradía, entre ellos gran parte de los miembros de la Junta de Gobierno. 

La misa "corpore insepulto" estuvo presidida por el Obispo de Cádiz, D. Rafael Zornoza, y concelebrada por una veintena de sacerdotes, muchos de ellos, como el Padre Marcelino, Canónigos de la Santa Iglesia Catedral. Allí también se encontraban nuestros hermanos los Rvdos. D. Sebastián Llanes y D. Ricardo Jiménez, quienes a buen seguro sintieron especialmente la marcha de ese referente espiritual y cofradiero que era D. Marcelino.

En la bancada destacó la presencia de la Exma. Sra. Alcaldesa, de Concejales de la Corporación Municipal, del Director del Secretariado Diocesano para las Hermandades y Cofradías y del Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías. También encontramos representantes de varias Hermandades, en especial la del Santísimo Cristo del Perdón y la de la Santa Caridad, a las que tan vinculado estuvo también el Padre Marcelino, y un incontable número de personalidades de todos los ámbitos de la sociedad gaditana, con lo que volvía a demostrarse cuánto era querido y admirado nuestro Director Espiritual.

Presencias como las de personas vinculadas a la Fundación Virgen de Valvanuz, a Rvdas. Madres de la Congregación de Hijas de la Caridad, otros miembros del Colegio San Martín o a la Residencia de Mayores José Matia Calvo, no hacían otra cosa que demostrar el carácter solidario y de compromiso con el prójimo que siempre mostró el Padre Marcelino a lo largo de su vida.

Se nos fue D. Marcelino pero nos queda el ejemplo de su vida y de su obra, cómo servir a Dios a través del prójimo. En él hemos encontrado el camino para estar más cerca del Padre, para vivir más intensamente nuestra fe y nuestro amor a Cristo. Y allí arriba, junto a Él, D. Marcelino seguirá trabajando por su Hermandad y por sus paisanos gaditanos, en especial por esos necesitados y por esos ancianos a los que dedicó su vida.