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Santa María despidió al Padre Marcelino

No era un viernes cualquiera. No podía serlo. Se trataba, nada menos, del primer viernes sin la presencia de Marcelino. En realidad, ya no estuvo con nosotros el viernes pasado pero aún no teníamos conocimiento de que no volveríamos a verlo en esta vida. Desde la madrugada del pasado sábado sabíamos que este viernes sería un día especial, complicado, repleto de añoranzas y pesares. Era el viernes que nunca queríamos que llegara, en realidad ni siquiera pensábamos que llegaría. Pero llegó y entre todos hicimos fuerza común para convertir una misa de réquiem en un momento dulce, hermoso y de recuerdo. 

La santa misa de Hermandad duró el doble de lo habitual pero nadie miró el reloj. Se oyeron suspiros pero no eran por el cansancio. La Iglesia de Santa María estaba llena de hermanos y devotos, algunos de ellos habituales de cada viernes, así como de familiares y amigos del Padre Marcelino. Entre ellos se encontraba la Junta de Gobierno en pleno y D. Martín José García, Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, que tuvo a bien estar presente como testimonio de reconocimiento de todas las Hermandades de la Ciudad. 

El Rvdo. D. Aquiles López, Párroco de Nuestra Señora del Rosario, presidió la eucaristía con absoluto esmero. A su lado, el Padre José Rodríguez concelebraba recordando a su compañero pastoral entre los muros de la Parroquia de Santa Cruz. Preciosas sus palabras de recuerdo a nuestro Director Espiritual. Antes, nuestro Hermano Mayor D. Santiago Posada, quiso dedicarle un emocionado homenaje a su amigo Marcelino. No pudo ser más hermoso el salmo responsorial cantado por una admirable devota. El coro "Porta Coeli" daba con sus voces un toque de esperanza y, por qué no, de alegría. Porque el Padre Marcelino, aunque no era muy canturrón, no hubiese querido lágrimas ni tristeza en su despedida. En realidad, conociendo de esa sencillez y humildad congénita que le distinguían, tal vez no hubiese querido ni que le dedicáramos este masivo homenaje en forma de eucaristía.

Y así transcurrió el primer viernes sin Marcelino, esperando su vuelta.









Casa Hermandad

Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena

Capilla de Jesús Nazareno
C/ Santa María s/n
11.005  Cádiz (CÁDIZ)

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