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La Iglesia pide tu ayuda en la declaración de la Renta

Cada año en los meses de mayo y junio, los contribuyentes tenemos una cita con Hacienda en nuestra declaración de la Renta, que nos ofrece un instrumento fácil y cómodo de colaborar con la Iglesia: la asignación tributaria. 

Marcar la X a favor de la Iglesia en la declaración consiste en indicar al Estado que una parte del Impuesto de la Renta que nos corresponde pagar se entregue a la Iglesia. Por eso, aunque la declaración nos salga a devolver, podemos asignar una parte de lo ya pagado a favor de la Iglesia. Como se trata de asignar, el hecho de marcar la X no supone pagar más o que nos devuelvan menos. Simplemente consiste en decidir si queremos que una parte de nuestros impuestos se destine a favor de la Iglesia o preferimos que el Estado los destine a otras finalidades. 

Contrariamente a lo que se piensa, el único mecanismo de colaboración del Estado con la Iglesia en su sostenimiento es facilitar el que los contribuyentes aporten. El Estado no subvenciona, se limita a entregar a la Iglesia lo que cada contribuyente ha decidido asignar de su impuesto de la Renta. 

Desde hace dos años, la asignación tributaria para la Iglesia es independiente de cualquier otra asignación. En consecuencia, cada contribuyente puede asignar el 0,52 % de su cuota íntegra a la Iglesia con independencia de que posteriormente pueda decidir asignar o no otro porcentaje de su renta en la asignación para otros fines sociales. 

Conviene recordar qué hace la Iglesia con el dinero resultado de la asignación. Dicho importe lo recibe la Conferencia Episcopal que lo distribuye a las Diócesis españolas, dentro de un sistema que se conoce como Fondo Común Interdiocesano, y se destina a cuatro fines: mantener a los sacerdotes, mantener el culto, el apostolado y el ejercicio de la caridad. Para más información, pulsa este enlace: www.portantos.es

Colaborar con el sostenimiento de la Iglesia es, en consecuencia, un compromiso que nos afecta a todos los que somos cristianos, y a todo aquel que valora la labor que realiza la Iglesia en nuestra sociedad. Hay muchos sistemas de colaboración económica con la Iglesia, pero sin duda la forma más sencilla es asignar un porcentaje de nuestros impuestos. Con ello, no sólo la sostenemos, sino que manifestamos pública (aunque anónimamente) que somos muchos los que queremos y valoramos a la Iglesia.

En el caso de que nos hagan la declaración (en el Banco, en Hacienda, un amigo, etc.), es muy importante que indiquemos, expresamente y antes de cumplimentarla informáticamente, que deseamos asignar a favor de la Iglesia. Algunos gestores piensan que el hecho de preguntar al contribuyente si quiere asignar o no a la Iglesia, es demasiado personal y, en ocasiones, se omite la pregunta, quedando la casilla en blanco por descuido. Por ello, antes de firmar el ejemplar para Hacienda debemos comprobar que figura la X. Si no figurara, no basta con marcarla a mano, ya que, si la declaración se hizo con un ordenador, la marca no valdrá.

Por el contrario, si la declaración la hacemos nosotros mismos, debemos asegurarnos, en el caso de hacer los cálculos en el programa de Hacienda, que marcamos la X en todas las posibilidades (declaración individual y conjunta, si procede), ya que, de lo contrario, podría no figurar la X en el impreso final que remitimos a Hacienda.

En resumen, sintámonos parte de la Iglesia y colaboremos con ella marcando la X. No nos cuesta nada y esa X supone ayudar a muchas personas.

Casa Hermandad

Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena

Capilla de Jesús Nazareno
C/ Santa María s/n
11.005  Cádiz (CÁDIZ)

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