Cayetano del Toro, en nuestra memoria

Como ya informábamos en días pasados, el 2 de enero de este año no solo era especial por la celebración en Santa María de la Festividad del Dulce Nombre de Jesús. También lo fue por cumplirse el primer centenario del fallecimiento del insigne gaditano el Excmo. e Ilmo. Cayetano del Toro y Quartiellers, quien fuera, entre otros muchos cometidos, Alcalde de Cádiz entre 1907 y 1909 y Hermano Mayor de nuestra Cofradía durante 22 años.

La trascendencia de la figura de Cayetano del Toro propició que todo Cádiz se sumara al homenaje al filántropo gaditano con una serie de actos que se extendieron a lo largo de todo el día y en los que no faltó una representación de la Cofradía, consciente de la enorme importancia que tuvo la presencia del Padre de los Pobres en su último siglo de historia. Así, nuestro Hermano Mayor acudió a la ofrenda floral organizada por el Ayuntamiento de Cádiz ante el monumento que Cayetano del Toro tiene en la Plaza Fragela mientras que el Vice-Hermano Mayor quiso estar presente en la Eucaristía que por su eterno descanso se celebró en la Iglesia de San Agustín. Además, el estandarte corporativo de la Cofradía estuvo durante todo el día en el altar mayor del templo agustino junto a los de las Hermandades de Buena Muerte, Ecce-Homo y Soledad, para las cuales también trabajó Cayetano del Toro.

Además, ya en la Iglesia de Santa María, el retrato de Cayetano del Toro que se encuentra en la Sala de Juntas de la Casa de Hermandad presidió la Función en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno, en cuyo inicio se leyó un texto en su recuerdo y homenaje.

No serán ni mucho menos los únicos actos conmemorativos del Centenario del fallecimiento de Cayetano del Toro. La Comisión organizadora de esta efeméride, presidida por el Letrado D. Ángel Luis Guisado Cuéllar, está trabajando en un calendario de actividades que se desarrollarán a lo largo de todo este año y en el que nuestra Hermandad colaborará activamente, además de realizar una serie de iniciativas propias para rescatar la memoria de una personalidad tan trascendente como poco conocida y valorada en la historia de nuestra Cofradía.