Todos unidos para consolar a Nuestra Madre

La Cofradía celebró una nueva jornada de Viernes de Dolores con una asistencia multitudinaria de fieles que no dudaron en acercarse y besar la mano de Nuestra Madre. Como cada año, se vivieron momentos emotivos. Personas de todas las edades y situación mostraron su emoción al encuentro de esa Imagen que tanto dolor y, a la vez, tanta ternura expresan con su mirada.

No faltaron las visitas escolares clásicas de cada Viernes de Dolores, que se desarrollaron a lo largo de toda la mañana. Nada consuela más a una madre afligida que el cariño y el jolgorio de los niños. Por la tarde, no cesaron en ningún momento las visitas, registrándose colas de fieles que llegaban a la reja del Monasterio.

A las ocho de la tarde, tras el rezo del Santo Rosario, comenzó la Función Solemne en honor de María Santísima de los Dolores, presidida por nuestro Director Espiritual. El Padre Balbino Reguera tuvo en su homilía un recuerdo por Santa Teresa de Jesús, destacando así el papel de las mujeres en la vida de Cristo y en la historia de la Iglesia. En el turno de las peticiones, imploramos por las víctimas del reciente accidente aéreo de Francia y, a continuación, se ofrecieron los alimentos recogidos en la Campaña extraordinaria de recogida puesta en marcha por la Cofradía en esta Cuaresma que está a punto de concluir.

No queremos concluir esta crónica sin destacar la hermosísima estampa que encontraron ayer quienes se acercaron a la Iglesia de Santa María. Sobre la nave central, cedida para la ocasión por nuestras amadas Madres Concepcionistas, se situaba Nuestro Padre Jesús Nazareno sobre su paso procesional. Justo delante se encontraba María Santísima de los Dolores, magistralmente exornada y rodeada de luz y de centros de flores blancas, que completaban el altar sencillo porque ante la presencia de Ellos todo lo demás sobra.