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Santa María Magdalena: "Un corazón humillado y arrepentido, Dios nunca lo desprecia"

Santa María Magdalena / Trekant Media

La historia de María Magdalena es una de las más conmovedoras y enigmáticas del Evangelio. La liturgia romana identifica como la misma mujer a la que relatan varios pasajes del Evangelio.

La Pecadora que unge los pies del Señor en Galilea

Lucas la define como "pecadora pública" pero no menciona que fuera prostituta. Cristo cenaba en la casa de un fariseo, ella se presentó, se arrojó al suelo frente al Señor, se echó a llorar y le enjugó los pies con sus cabellos. Después le ungió con el perfume que llevaba en un vaso de alabastro. El fariseo interpretó el silencio de Cristo como aprobación del pecado. Jesús le dijo: "¿Ves a esta mujer? Al entrar en tu casa, no me diste agua para lavarme los pies, pero ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; en cambio ella no ha cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza y ella me ha ungido los pies. Por ello, te digo que se le han perdonado muchos pecados, pues ha amado mucho. En cambio, aquél a quien se perdona menos, ama menos". Y volviéndose a la mujer, le dijo: "Perdonados te son tus pecados. Tu fe te ha salvado. Vete en paz". (Lucas 7)

La discípula de Jesús, liberada de siete demonios

En el capítulo siguiente, San Lucas, habla de los viajes de Cristo por Galilea, dice que le acompañaban los apóstoles "y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios" (Lucas 8:2).  Lucas no especifica ni niega que sea la misma pecadora que unge a Jesús, pero ciertamente se trata de una pecadora.

La hermana de Marta y Lázaro, residentes de Betania

Más adelante Lucas narra que, en "cierta población", el Señor fue recibido por Marta y su hermana María. Probablemente las dos hermanas se habían ido a vivir a Betania con su hermano Lázaro, a quien el Señor había resucitado a petición de ellas. Marta se ocupaba con afán de atender al Señor y le pide que dijese a su hermana que le ayudase. El Señor respondió: "Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas y sólo hay una necesaria. María ha escogido la mejor parte y no le será quitada" (Lc. 10:41).

Segunda unción con perfume

San Juan en el cap. 12, identifica a María de Betania como la mujer que, en la víspera de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, le ungió los pies y los enjugó con sus cabellos, de manera que "la casa se llenó del olor del perfume". Tampoco faltaron criticas en esta segunda unción pero el Señor la volvió a defender: "¡Dejadla en paz! ¿Por qué la molestáis? Buena obra es la que ha hecho conmigo. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. Esta mujer ha hecho lo que ha podido, adelantándose a ungir mi cuerpo para la sepultura. En verdad os digo que dondequiera que se predique este evangelio sobre la faz de la tierra, se dirá lo que ella ha hecho por mí". Mateo 26.

Al pie de la Cruz

En la hora del Calvario, mientras casi todos abandonan a Jesús, allí estaba María Magdalena. "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena". Juan 19:25

"Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo". Mateo 27:55.

Testigo de la Resurrección

Tras el entierro de Jesús María Magdalena quiso quedarse. "Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro". Mateo 27:61. También fue la primera en ir al sepulcro el Domingo de Resurrección: "Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro" (Mateo 28:1)  Iban con los perfumes para embalsamarlo. Descubrieron así que alguien había apartado la pesada piedra del sepulcro... 


María Magdalena vio, saludó y reconoció a Cristo resucitado: "Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios". (Marcos 16:9). Jesús la llamó: "¡María!" Y ella, al volverse, exclamó: "¡Maestro!" Y Jesús añadió: "No me toques, porque todavía no he subido a mi Padre. Pero ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Juan 20:17).  

María Magdalena es gran ejemplo para todos. No se dejó paralizar por sus pecados del pasado ni por las opiniones. Creyó en las promesas del Señor y alcanzó la meta. Fue fiel a Jesús hasta el final y fue escogida para ser testigo de la Resurrección ante los apóstoles.


Santa María Magdalena, ruega por nosotros.

Casa Hermandad

Inmemorial, Venerable, Pontificia y Real Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén, María Santísima de los Dolores y Santa María Magdalena

Capilla de Jesús Nazareno
C/ Santa María s/n
11.005  Cádiz (CÁDIZ)

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