Patrimonio literario - Poema - Padre Luis Rodríguez Vargas
Índice
Continuamos con el poema que el Padre Luis Rodríguez Vargas dedicó a Nuestro Padre Jesús Nazareno en su obra Mensajeras:
AL NAZARENO DE SANTA MARÍA
¡Oh Jesús, Rey de las almas!
que, escondido en el sagrario,
das consuelo, y penas calma
al que llega entristecido,
o de pecados dolido
tras su hacer en tu calvario.
Eres tan sabio y tan bueno,
sin el límite en tus orillas
de infinitas perfecciones,
que en como en todo terreno
el juez busca a los ladrones,
vas haciendo maravillas
para prender corazones
y amarrarlos con cadenas,
en una eterna condena,
de tus rientes prisiones,
de amor tan vivo y profundo,
que nunca conoció el mundo.
Te disfrazas en figuras
de muy distintas facetas:
Cristo muerto, Cristo vivo,
Cristo caído o lozano,
para llegar a tus metas
de llevarnos por la mano,
como al amante cautivo,
para gozar las dulzuras
de tu vivir soberano.
De tus imágenes bellas,
cual sol sobre las estrellas,
te vistes de nazareno,
tu cabello no raido,
el rostro color moreno,
con tu túnica morada,
tus ojos sobre la cruz,
marchando hacia tu montaña
de donde irradiarás la luz,
que el cielo y la tierra baña.
Mi divino Nazareno,
Jesús de Santa María,
padre, hermano y fiel amigo,
hazme en las dichas sereno,
y cuando en barca una vía
de agua la haga naufragar,
no me dejes sin abrigo:
trenza tu mano en la mía,
y sálvame de la mar.
De tus virtudes espejo,
en que me puedo mirar,
dame un mínimo reflejo
por la vida al transitar.